16/12/08

sin titulo

Hoy me levante pensando que todo sería diferente, aun así me levante y mire su retrato como todas las mañanas y empecé a recordar desde cuando todo comenzó. Fue el otoño pasado mejor dicho el año pasado (que rapido paso el tiempo) cuando perdí a mi esposa, esa dama que me cautivo en clases de lenguaje cuando ella aún era muy joven y solo era una fina rosa floreciendo. Su tono de piel dorado y ese cuerpo contorneante como una espiga de trigo dejandose llevar por la brisa del atardecer, de cabellos largos que llegaba hasta su cintura y tan suaves que se deslizaban entre mis dedos cuando la acariciaba o por el aire que zurraba a su espalda haciendo bailar sus cabellos , y como no dejar de mirar rostro tan cálido que enternecía a cualquier hombre colérico que la mirase y ahí estaban esos labios!, que dulzura, eran miel de la más pura de esa que no se podía conseguir así nada mas, no se quienes tuvieron esa dicha pero esta vez seria mi turno.

Cada vez que escuchaba su voz, como olvidarla, era la que me levantaba todas las mañanas, esa sutileza que se percibía en cada palabra que declamaba hacia que el mundo se calle y solo su voz se escuche en el infinito.

Tímidamente le sonreía cada vez que cruzábamos miradas, yo aun era un extraño en su vida, pero poco a poco fui entrando a su mundo, cautivando su atención con pequeños detalles.

Así pasaron los meses, hasta que me anime a invitarla a salir; cuando salimos me di cuenta que ella era mi amada; solo vasto esa noche para probar el sabor de sus labios, y ahí comenzó mi suplicio.

Ya teníamos un mes juntos sentía que ya su mirada no se mantenía en mi, la sentía vacía como un jarro sin agua, ahí fue que me di cuenta que ya no me amaba, que tal vez había otro o tal vez yo había cambiado? Los celos me mataban ¿que podía hacer?

Solo se me vino a la cabeza “Si no es mía, no será de nadie más”, así con esas palabras fue que decidir emprender el asesinato de mi amada con la el tendero de la ropa y un poco de fuerza ahorque su suave garganta y se iba apagando fugazmente sus quejidos… y su piel de lo dorada que era se hacia pálida como la nieve, haciendo una marca en su cuello, la marca del pecado. Tras unos minutos de forcejeo su aliento se había apagado, mi amada estaba muerta, yacía en la cama donde pasamos muchas noches juntos. El cuarto poco a poco se apaga tras su muerte no aguante la culpa y solo me quedo entregarme y aceptar mi culpa.

Hace un año que estoy en prisión y viendo esta foto d mi amada, recibí una carta de mi abogado había encontrado un sobre en mi casa, era de mi amada ¿que podría ser? Era un sobre de del hospital de la ciudad, mi esposa estaba embarazada y su desgano era a causa del peligro de perder al bebe. Pero como podía saber yo eso ¿Por qué no me lo conto? me doy cuenta que uno para amar debe dejar libre a esa persona y confiar plenamente en esa persona, ya en la cárcel no sé porque sigo vivo, me toca sufrir por mi pecado tal vez algún día mi amada me pueda perdonar.




aun tengo que terminarlo :) ....

MineSin

No hay comentarios:

Publicar un comentario